La primera descripción fue realizada en 1896 por J. Kerr y, más tarde, en 1917, J. Hinshel Wodd propone el término "dislexia". Generalmente, un niño a la edad de cinco años y medio a seis años, se sitúa en un nivel de desarrollo en el que cuenta con las disposiciones mentales necesarias para la adquisición de la lectura; pero si alguna de estas es deficitaria, el aprendizaje se verá obstaculizado. Partiendo de allí se define la dislexia como síndrome que se manifiesta como una dificultad para la distinción y memorización de letras o grupos de letras, falta de orden y ritmo en la colocación y mala estructuración de frases, que se hace patente tanto en la lectura como en la escritura.
- Mala lateralización: es el proceso mediante el cual el niño va desarrollando la preferencia o dominancia de un lado de su cuerpo sobre el otro. Nos referimos a las manos y los pies. Si el predominio es del lado derecho, es un sujeto diestro; si es del lado izquierdo, se denomina zurdo; y si no se ha conseguido un dominio lateral en algunos de los lados, se llama ambidiestro. Si los niños que presentan alguna alteración en la evolución de su lateralidad, suelen llevar asociados trastornos de organización en la visión del espacio y del lenguaje que vienen a constituir el eje de la problemática del disléxico.
- Alteraciones de la psicomotricidad: Con o sin problemas de lateralidad, presenten alguna alteración de relación entre las funciones motoras y psicológicas, es decir, torpeza general de movimientos.
- Falta de ritmo: Que se pone de manifiesto tanto en la realización de movimientos como en el lenguaje, con pausas mal colocadas, que se harán patentes en la lectura y en la escritura.
- Falta de equilibrio: suelen presentar dificultades para mantener el equilibrio estático y dinámico. Por ejemplo, les cuesta mantenerse sobre un pie, saltar, montar en bicicleta, marchar sobre una línea, etc.
- Conocimiento deficiente del esquema corporal. Muy unido a la determinación de la lateralidad y a la psicomotricidad está el conocimiento del esquema corporal y sobre todo la distinción de derecha-izquierda, referida al propio cuerpo. Así el niño diestro (normalmente escribe, come, etc. con la mano derecha) y el zurdo (escribe, come...con la izquierda) tienen su mano derecha e izquierda, respectivamente, como puntos de referencia fundamentales sobre los que basar su orientación espacial. El niño mal lateralizado, al poseer una imagen corporal deficiente, carece de los puntos de referencia precisos para su correcta orientación. El cuerpo sitúa al sujeto en el espacio y es a partir del cuerpo como se establecen todos los puntos de referencia por medio de los cuales se organiza toda actividad.
- Trastornos perceptivos: Toda la percepción espacial está cimentada sobre la estructura fundamental del conocimiento del cuerpo. No distingue las direcciones, izquierda-derecha, arriba-abajo, delante-detrás. Se sitúan los objetos teniendo en cuenta que la posición del espacio es relativa, una calle no tiene realmente ni derecha ni izquierda, dependiendo ésta de la posición donde esté situada la persona.
- Falta de atención. Debido al esfuerzo intelectual que tienen que realizar para superar sus dificultades perceptivas específicas, suelen presentar un alto grado de fatigabilidad. Por esta causa los aprendizajes de lectura y escritura le resultan áridos, sin interés, no encontrando en ellos ningún atractivo que reclame su atención.
- Desinterés por el estudio. La falta de atención, unida a un medio familiar y escolar poco estimulantes, hacen que se desinteresen por las tareas escolares. Así, su rendimiento y calificaciones escolares son bajos.
- Inadaptación personal. El niño disléxico, al no orientarse bien en el espacio y en el tiempo, se encuentra sin puntos de referencia o de apoyo, presentando en consecuencia inseguridad y falta de estabilidad en sus reacciones. Como mecanismo de compensación, tiene una excesiva confianza en sí mismo e incluso vanidad, que le lleva a defender sus opiniones a ultranza.
- Defectos de visión y audición.
- Que el problema sea por falta de una buena instrucción.
- Que existan problemas de salud graves.
- Que sea un niño con alguna lesión cerebral y afecte el área de aprendizaje.
- Supresión de fonemas, por ejemplo "bazo" por "brazo", o "e perro" por " el perrro".
- Confusión de fonemas, por ejemplo "bile" por "dile".
- Pobreza de vocabulario y de expresión junto con una comprensión verbal baja.
- Inversiones, que pueden ser fonemas dentro de una sílaba, o de sílabas dentro de una palabra. Por ejemplo: "pardo" por "prado" y "cacheta" por "chaqueta".
- Mala estructuración del conocimiento del esquema corporal.
- Dificultad para distinguir colores, tamaños, formas...
- Torpeza motriz con poca habilidad para los ejercicios manuales y para realizar la escritura.
En este período la lectura y la escritura ya deben estar adquiridas por el niño con un cierto dominio y agilidad, es en esta etapa donde el niño disléxico se encuentra con más dificultades y pone más de manifiesto su trastorno. Las manifestaciones más corrientes son:
- Confusiones sobre todo en aquellas letras que tienen una similitud En su forma y en su sonido, por ejemplo: "d" por "b"; "p" por "q"; "b" por "g"; "u" por "n"; "g" por "p"; "d" por "p".
- Dificultad para aprender palabras nuevas.
- Inversiones en el cambio de orden de las letras, por ejemplo "amam" por "mama"; "barzo" por "brazo"; "drala" por "ladra".
- Omisión o supresión de letras, por ejemplo "árbo" por "árbol".
- Sustitución de una palabra por otra que empieza por la misma sílaba o tiene sonido parecido, por ejemplo: "lagarto" por "letardo".
- Falta de ritmo en la lectura, saltos de línea o repetición de la misma.
- En la escritura sus alteraciones principales son en letras sueltas: Ver ejemplo 2
- En una fase más avanzada, cuando escribe comienza a hacerlo por la derecha y termina la palabra o frase por la izquierda, y sólo es legible si leemos la cuartilla con un espejo, con la consiguiente alteración en la colocación de las líneas.
- Mezcla de letras minúsculas y mayúsculas.
- Dar atención individualizada, fomentado la motivación del niño y así hacerlo sentirse seguro.
- Asegurarse de que entiende las actividades y tareas asignadas.
- Ayudarlo con los trabajos de mayor dificultad.
- Hacer ejercicios diarios de asociación de palabras con cosas.
- Lectura diaria, de viejas y nuevas palabras combinadas en frases de conocimiento, la información nueva debe serle repetida varias veces.
- Desarrollo visual y auditivo, si es posible realizar exámenes orales y escritos, los dictados disminuyen notablemente el problema.
- Muchos famosos considerados genios han sido disléxicos, Albert Einstein, Thomas Edison, Leonardo Da Vinci.
- El pensamiento de imágenes de los disléxicos es 400 a 2000 veces más rápido que el pensamiento verbal y mucho más completo, profundo y amplio.
- Tienden a dominar muchas habilidades más rápidamente de lo que pudiera comprender o entender otra persona con pensamiento verbal.
- Son más intuitivos que muchas personas, debido a la rapidez de sus imágenes mentales, saben las respuestas resultados de un proceso.
- Son más curiosos que muchas personas, ya que utilizan todos los sentidos para conocer su entorno.
- Pueden resolver problemas matemáticos sin lápiz ni papel.
- Todas sus capacidades dan como resultado una inteligencia superior a lo normal, y una extraordinaria capacidad creativa.