1 dic 2009

CONCEJOS PARA DETECTAR Y ACTIVIDADES PARA TRATAR LA DISLEXIA

Los niños disléxicos tienen dificultades de asociación entre el sonido y la letra. Hay muchas enfermedades, sobre todo, en los niños, que no son detectadas, como puede ser la dislexia. En Jaén existe la asociación “Dislexiajaén”, que trata de acercar información a todas las personas que así lo expresen, y además, emitir una serie de indicadores de riesgo que pueden poner en alerta a la familia durante la etapa infantil y que abarcan tanto aprendizajes como integración de hitos de desarrollo. Son dificultades de asociación entre el sonido y la letra, al escribir su nombre, en la expresión verbal o en aprendizajes básicos como los colores y las formas.

Los niños disléxicos confunden los términos temporales y dicen ‘vamos a cenar’ cuando es hora de comer. También pueden presentar torpeza a la hora de abotonarse o vestirse, y tienden a despistarse. No todos tienen las mismas áreas afectadas, pero, si coinciden varias, es importante estar alerta y pedir su valoración al maestro”, explica Helena Alvarado, especialista en diagnóstico de dislexia y directora del Centro de Desarrollo Infantil Creix (www.creix.com).

Si bien un niño disléxico lo es siempre, alrededor de los 3 años es un momento clave para observar los aprendizajes asociados a la lectoescritura y poder percatarnos posteriormente de las dificultades directas que pueda tener. “Actualmente estamos diagnosticando a gran cantidad de adultos que no fueron detectados en su momento, unos con fracaso escolar y otros con éxito, lo que quiere decir que muchos consiguen llegar a las mismas metas escolares y profesionales que los demás gracias a sus capacidades intelectuales y a un entorno que favorece su adaptación, pero ello no significa que no sufran y que no tengan que hacer un sobreesfuerzo para alcanzar estas metas”, comenta la especialista.

Según su experiencia como psicóloga infanto-juvenil y logopeda, Helena Alonso recomienda trabajar en casa las letras y los sonidos, así como los juegos de rimas, imágenes que apoyen la expresión oral y escrita, y la utilización de material manipulable como plastilina para modelar letras, caracteres magnéticos en el frigorífico o jugar a adivinar letras dibujadas en la espalda.

“Lo importante es que al niño disléxico la información le llegue por diferentes rutas –visual, auditiva, táctil– y no sólo escrita”. Conviene también saber que la dislexia a veces va acompañada de otros trastornos. Los más comunes son los de déficit de atención –1 de cada 3 disléxicos–, de motricidad, equilibrio y coordinación, y de cálculo, así como otros de tipo emocional derivados de la frustración que genera tener dificultades de aprendizaje. Ante un diagnóstico de dislexia, los padres deben ponerse en contacto con el equipo de orientación para delimitar las ayudas metodológicas que precisa el niño y, si decidieran apoyarle con un terapeuta externo, éste debería coordinarse con el centro.

DISLEXIA, TESTIMONIO DE UN JOVEN DE 18 AÑOS


A continuación, reproducimos un testimonio personal, la carta de un joven de 18 años que, recién diagnosticada su dislexia, comienza a comprender lo que le ha venido pasando. Enhorabuena, Antonio, eres un ejemplo de superación personal, que a pesar de las trabas que te han puesto algunos profesores y el sistema educativo, no has tirado la toalla y has salido adelante. Este testimonio no es una historia aislada, es la que viven a diario montones de niños y niñas, de jóvenes y adultos que tienen que luchar contra un sistema que no les quiere entender.


Hola, Me llamo Antonio, tengo 18 años (diagnosticada la dislexia hace 9 meses) esto me resulta un poco difícil pero espero que ayude a personas en una situación similar a la mía. Desde quinto de primaria empecé a darme cuenta que algo me pasaba, pues mis amigos del cole podían ir al parque mientras yo me tenía que quedar con los deberes y clases particulares, pero eso no era lo peor, pues yo llegaba a clase y el profesor aprovechaba a sabiendas de mis "bloqueos en público", mi timidez y mi poco inglés y se dedicaba a preguntarme, para ponerme en vergüenza delante de toda la clase y así "demostrarme que no valía para estudiar", este es el apoyo que tuve por parte de mi profesor.


Tras esto mis padres decidieron cambiarme de colegio, pues yo no me sentía muy cómodo con mi profesor, durante este periodo daba clases con una logopeda, mi problema era mi lentitud en algunos aspectos del aprendizaje. En el nuevo colegio empezaron a funcionar las cosas de otra forma, pero aun esforzándome al 100% mis notas eran raspadas, todo cincos y seises, yo bajé a la orientación del centro y dijeron tras un estudio que tenía déficit de memoria y comprensión lectora y me mandaron libros de trabajo durante la ESO. pero llegue al bachiller...nueva forma de afrontar los estudios ya sin ayuda de una logopeda pero con la ayuda de una academia de apoyo en este curso lo "pasé" con mucho esfuerzo y muchas horas de estudio entre el colegio de (8.00 a 14.00) y la academia de (16.00 a 20.00), esto supuso un gran cansancio por mi parte.


Fui de nuevo a la orientación del centro y me decían que ya tenía un diagnostico, que lo único que me pasaba era que mi organización y aprovechamiento de horas de estudio era malo y me iba tan convencido de eso que, cuando llegaba a casa le dedicaba una o dos horas más de estudio con los mismos resultados, pero aprobé y como, con recompensa todo parece más fácil, el esfuerzo había merecido la pena...pero llego segundo de bachiller y en el primer trimestre me quedaron 6 asignaturas de 7, con un gran estudio a la espalda, mi moral bajo como una montaña rusa, pues me quedaron todo con cuatros y los profesores se excusaron en mi "poco trabajo", tras esto no quería salir con mis compañeros del colegio, no quería comer, no quería estudiar, lo único que quería hacer, era estar tumbado en mi cama todo el día.


Para mi familia era un golpe enorme pues verme así les llevo a moverse y ir a la doctora Valdés (psiquiatra y psicoterapeuta) que me derivó a descubrir esta Asociación y a una evaluación en el cedop lo cual fue la respuesta a mis preguntas interiores de porque estudiando mucho más que los demás sacaba mucho menos...me diagnosticaron una dislexia como era de esperar. Tras esto se lo comunicamos al colegio, sin ayuda de nadie recuperé cuatro asignaturas, el colegio decidió pensarse la ayuda, pero tras dos meses y la evaluación final a la vista decidimos ir a hablar con la tutora, la cual se ofreció para ayudarme pero por negación de la dirección del colegio no pudo hacer nada...el colegio me negó la ayuda rotundamente, empezó un calvario personal pues iba a tener una segunda evaluación igual a la primera y pasó, pero encontré un resquicio de luz entre las nubes (Ábaco Logopedia tlf:913662906) con dos chicas maravillosas que me ayudaron en todo lo posible, una psicopedagoga Sara, con la cual empecé a tratar todo mi bloqueo y el curso; y Sandra, me ayudó a abrirme y aceptar mi dislexia. A partir de aquí con la ayuda de este centro y el apoyo de mi familia y Dislexia sin Barreras, salí a adelante, en junio me quedaron 3 y las he aprobado en septiembre y acabo de entrar en un módulo de grado superior llamado tafad...y ahora empieza mi vida de verdad. Quiero dar las gracias a mi familia, a mis amigos, a mis tutoras de primero y segundo de bachiller, a mi profesora de biología, de nuevo a "Ábaco logopedia", a la doctora Valdés y como no a la Asociación por el interés y ayuda mostrados.

Gracias a todos y espero que le sirva a alguien.